Dota al hombre de instintos, ...nos da esta extraordinaria virtud, y
¿Qué hace luego?
Los utiliza para pasárselo en grande, ...para reírse de nosotros, ... para ver como quebrantamos las reglas.
Él dispone las reglas y el tablero y es un auténtico tramposo:
“Mira, pero no toques”;
“Toca, pero no pruebes”;
“Prueba, pero no saborees”.
Y mientras nos lleva como marionetas de un lado a otro,
¿Qué hace él?
¡Se descojona!
¡¡Se parte el culo de risa!!
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